Panes elaborados sin gluten, sin lactosa y sin conservantes
¿Sabías que uno de los beneficios de la algarroba es que puede ser utilizada como sustituto del chocolate en la elaboración de productos de panadería sin gluten y aptos para diabéticos? No solo eso, sino que su composición nutricional la convierte en un aliado natural para regular el tránsito gastrointestinal, además de ser un gran antioxidante.
Descubre a continuación las posibilidades que ofrece este desapercibido alimento mediterráneo en la cocina, además de todas sus propiedades y beneficios para la salud.
Aunque es un alimento bastante desconocido, los múltiples beneficios de la algarroba se están haciendo notar cada vez más, motivo por el que está ganando popularidad como producto nutritivo y saludable. En realidad, la algarroba ha sido un alimento muy valorado desde tiempos inmemoriales, utilizado tanto en la alimentación humana como animal debido a su alto poder nutritivo.
La algarroba es el fruto del algarrobo (Ceratonia siliqua), un árbol originario de la cuenca del Mediterráneo que pertenece a la familia de las fabáceas (Fabaceae) o leguminosas (Leguminosae). Es por tanto un tipo de legumbre con diversas aplicaciones en la industria alimentaria. Durante mucho tiempo fue utilizado como espesante, ya que de la algarroba se extrae la goma de garrofín.
La aparición de aditivos más económicos, la irrupción de la maquinaria en la agricultura y el descenso de los cultivos de algarrobo tras las heladas del año 1956 y 1985 provocaron un descenso en el consumo de esta legumbre que antaño fue tan valorada en la alimentación y en la economía agrícola.
En la actualidad, la gastronomía está recuperando este fruto utilizándolo como sustituto del chocolate. La harina de algarroba sirve para preparar dulces como galletas, pasteles, cremas, e incluso panes.
Esta harina se obtiene a partir de la pulpa de la vaina, previamente separada de las semillas, deshidratada y molida.
La algarroba también se puede usar para preparar siropes, mezclando la pulpa (separada de las semillas) con agua y llevándola a ebullición hasta conseguir la consistencia deseada.
El redescubrimiento de la algarroba en la cocina se debe principalmente al hecho de que sea una legumbre tan nutritiva, que, además, puede sustituir el cacao en preparaciones de repostería. A diferencia de este, tiene un bajo contenido en grasa (solamente un 1%).
Además, la algarroba no contiene excitantes (cafeína o teobromina) como el cacao, y tampoco ácido oxálico (un compuesto que impide la absorción de calcio y hierro).
El cacao es rico en grasas y en azúcares, mientras que la algarroba, aún siendo un alimento con alto valor energético, es bajo en grasas. Supone una fuente de carbohidratos de alta calidad, con cierta cantidad de proteínas vegetales esenciales (triptófano), vitaminas del grupo B y minerales (hierro, magnesio, calcio) y mucha fibra.
Según este estudio publicado en la revista científica Food Science & Nutrition, la harina de algarroba aporta principalmente carbohidratos. Contiene entre un 40-50% de azúcares en forma de sacarosa, glucosa, maltosa y fructosa.
Sin embargo, pese a contener una buena cantidad de azúcares, su alto contenido en fibra (38,9 gramos por cada 100 gramos de harina) hace que estos se absorban de manera mucho más lenta.
Las grasas que contiene son de calidad (ácido linoleico y ácido oleico), y, por tanto, saludables. También encontramos vitaminas del grupo B, hierro, calcio y potasio.
Entre los principales beneficios de la algarroba destaca su capacidad para controlar los niveles de azúcar en sangre..
Muchos estudios han demostrado que la algarroba y sus derivados pueden ayudar a prevenir enfermedades crónicas específicas.
En particular, muestran actividad antiproliferativa y apoptótica contra las células cancerosas y presentan efectos antihiperlipidémicos y antidiabéticos debido a su alto contenido de antioxidantes, polifenoles y fibras (Theophilou, Neophytou, & Constantinou, 2017).
Por ello, se considera un alimento ideal para personas con diabetes. No obstante, hay que tener en cuenta que contiene carbohidratos, lo que puede requerir ajustar las dosis de insulina. Si eres diabético y quieres consumir algarroba, consulta primero con tu médico para saber cómo introducirla a tu dieta.
La harina de algarroba también se utiliza para fabricar productos dietéticos y sin gluten.
La fibra soluble que contiene contribuye a estimular el crecimiento selectivo de la microbiota, regular la función intestinal, combatir el estreñimiento y reducir los niveles de colesterol en sangre.
La pulpa de la algarroba tiene propiedades astringentes, al igual que la corteza, y, además, es antidiarreica y digestiva. Su alto contenido en pectina la hace también bactericida, antiviral, coagulante, anticancerígena y un buen remedio contra el colesterol.
Según la dietista-nutricionista barcelonesa Lidia Mateos, otro de los beneficios de la algarroba más interesantes está en sus valores de calcio (348 mg) y magnesio (54 mg). Tal como aclara en este artículo de ABC,
“Por su composición nutricional podemos saber que es beneficiosa para regular el transito gastrointestinal, es un antioxidante natural y es considerada un dulce apto para los diabéticos y en dietas para bajar de peso”.
La dietista-nutricionista Ana Colomer añade que, además de los beneficios de la algarroba ya expuestos, esta legumbre puede ayudar a combatir el cansancio, por lo que se recomienda a personas que realizan una alta actividad física.
Como hemos visto, uno de los principales usos que se atribuyen a la algarroba es el de sustituto del cacao en polvo, ya que presenta propiedades organolépticas similares.
Generalmente su utiliza sola o mezclándola con otras harinas como de arroz, coco, trigo sarraceno o almendras. Algunas de las recetas más habituales son:
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