La cúrcuma es una especia que aporta color, aroma y sabor a los alimentos. Se utiliza en multitud de preparaciones, como el pan de cúrcuma, guisos, sofritos, sopas o platos a base de arroz.
Es conocida por su sabor ligeramente amargo y picante, así como por su intenso color dorado. La cúrcuma se ha utilizado durante siglos en la cocina tradicional de la India, el sudeste asiático y el Medio Oriente, tanto por su sabor como por sus presuntos beneficios para la salud.
Además de su uso culinario, la cúrcuma también se utiliza en la medicina herbal y tradicional por sus posibles propiedades antioxidantes y antiinflamatorias.
Qué es la cúrcuma
La cúrcuma es la especia que le da al curry su característico color amarillo. Se obtiene de la Curcuma longa, una planta de la India oriental que pertenece a la familia del jengibre. También es conocida como azafrán de la India, jiang huang o turmérico.
El tallo subterráneo de la planta de la cúrcuma se ha utilizado durante mucho tiempo en la medicina tradicional asiática para el tratamiento de algunas afecciones.
La sustancia de la cúrcuma que le da el color amarillo se llama curcumina. Se cree que dicha sustancia puede tener efectos antioxidantes y antiinflamatorios.
Beneficios para la salud
La cúrcuma es una especia reconocida desde hace mucho tiempo por sus propiedades medicinales. Por ello, ha despertado el interés tanto del mundo médico y científico como de los entusiastas culinarios, ya que es la principal fuente del polifenol curcumina.
La cúrcuma contiene polifenoles
Los polifenoles son compuestos químicos que se encuentran de forma natural en plantas, especialmente en frutas, verduras, granos o té.
Son conocidas por sus propiedades antioxidantes, lo que significa que pueden ayudar a neutralizar los radicales libres en el cuerpo, reduciendo así el riesgo de enfermedades cardiovasculares, cáncer y otras enfermedades relacionadas con el envejecimiento.
Además, los polifenoles también pueden tener efectos antiinflamatorios y contribuir a la salud general del organismo.
En el caso del polifenol curcumina, puede ayudar en el tratamiento de afecciones oxidativas e inflamatorias, el síndrome metabólico, la artritis, la ansiedad o la hiperlipidemia.
Además, una dosis relativamente baja puede proporcionar beneficios para la salud de personas que no tienen problemas de salud diagnosticados. La mayoría de estos beneficios se pueden atribuir a sus efectos antioxidantes y antiinflamatorios.
Poderoso antioxidante
Las propiedades antioxidantes y antiinflamatorias son los dos mecanismos principales que explican la mayoría de los efectos de la curcumina en diversas afecciones.
Se ha demostrado que la curcumina mejora los marcadores sistémicos del estrés oxidativo (Sahebkar, Serban, Ursoniu et al. 2015), ya que tiene la capacidad de interceptar y neutralizar potentes prooxidantes y carcinógenos.
También es un potente inhibidor del factor de crecimiento tisular beta (TGF -β) y la fibrogénesis, que es una de las razones por las que se puede esperar que tenga efectos positivos en enfermedades como la fibrosis renal, la fibrosis pulmonar, la cirrosis hepática o la enfermedad de Crohn (Gaedeke, Noble y Border, 2004).
Antiinflamatorio
El estrés oxidativo está implicado en muchas enfermedades crónicas y se relaciona estrechamente con los procesos inflamatorios.
La inflamación se ha identificado en el desarrollo de enfermedades y afecciones como el Alzheimer, Parkinson, la esclerosis múltiple, la epilepsia, las lesiones cerebrales, las enfermedades cardiovasculares, el síndrome metabólico, el cáncer, las alergias, el asma, la bronquitis, la colitis, la artritis, la isquemia renal, la psoriasis, la diabetes, la obesidad o la depresión.
Algunos estudios señalan que la curcumina es eficaz para bloquear la activación de factores que intervienen en la inflamación presente en dichas enfermedades, como el factor de necrosis tumoral α (TNF-α) o el NF-κB (Panahi, Hosseini, Khalili et al. 2016).
Efectos antiartríticos
Varios estudios han demostrado los efectos antiartríticos de la curcumina en personas con osteoartritis y artritis reumatoide.
Aunque aún se investiga el mecanismo, parece ser que la cúrcuma es beneficiosa para varios aspectos de la osteoartritis, tal como sugiere una revisión sistemática y un metaanálisis recientes que concluyeron que:
“8-12 semanas de tratamiento con extractos de cúrcuma estandarizados (normalmente 1000 mg/día de curcumina) pueden reducir los síntomas de la artritis (principalmente el dolor y los síntomas relacionados con la inflamación) y producir mejoras similares en los síntomas como el ibuprofeno y el diclofenaco sódico” (Daily, Yang y Park, 2016).
Puede atenuar aspectos del síndrome metabólico
La idea de que la curcumina puede atenuar la inflamación sistémica tiene implicaciones más allá de la artritis.
Una de las afecciones en las que la cúrcuma podría tener efectos beneficiosos es el síndrome metabólico, que incluye resistencia a la insulina, hiperglucemia, hipertensión, niveles bajos de colesterol de lipoproteínas de alta densidad (HDL-C), niveles elevados de colesterol de lipoproteínas de baja densidad (LDL-C), niveles elevados de triglicéridos y obesidad.
Se ha demostrado que la curcumina atenúa varios aspectos del síndrome metabólico al mejorar la sensibilidad a la insulina (Na, Li, Pan et al., 2013), suprimir la adipogénesis (Bradford, 2013) y reducir la presión arterial elevada (Hlavackova, Janegova, Ulicna et al., 2011), la inflamación (Sahebkar, 2013) y el estrés oxidativo (Ak y Gulcin, 2008).
Puede impulsar la formación de nuevas conexiones neuronales
La curcumina puede aumentar el factor neurotrófico derivado del cerebro
Incluso en la edad adulta, las neuronas del cerebro son capaces de formar nuevas conexiones y, en determinadas áreas del cerebro, pueden multiplicarse y aumentar en número.
Uno de los principales impulsores de este proceso es el factor neurotrófico derivado del cerebro (BDNF), que desempeña un papel en la memoria y el aprendizaje. Muchos trastornos cerebrales comunes se han relacionado con niveles reducidos de proteína BDNF, incluidas la depresión y la enfermedad de Alzheimer.
Tanto los estudios en animales (Choi, Kim, Hwang et al., 2017) como en humanos (Sarraf, Parohan, Javanbakht et al., 2019) han encontrado que la curcumina puede aumentar los niveles cerebrales de BDNF, siendo eficaz para retrasar o incluso revertir muchas enfermedades cerebrales y disminuciones de la función cerebral relacionadas con la edad.
Es recomendable combinarla con pimienta para mejorar su absorción
La ingestión de curcumina por sí sola no genera los beneficios para la salud asociados debido a su escasa biodisponibilidad, que parece deberse principalmente a una mala absorción, un rápido metabolismo y una rápida eliminación.
Sin embargo, hay varios componentes que pueden aumentar la biodisponibilidad. Por ejemplo, la piperina es el principal componente activo de la pimienta negra y, cuando se combina en un complejo con curcumina, se ha demostrado que aumenta la biodisponibilidad en un 2000% (Hewling y Kalman, 2017).
La curcumina combinada con agentes potenciadores proporciona múltiples beneficios para la salud.