La chufa es bien conocida por ser el principal ingrediente de la horchata valenciana. Pero, cómo verás a continuación, este fruto es mucho más versátil de lo que parece, además de ser muy nutritivo y saludable.
Una breve historia de la chufa: desde Egipto hasta Valencia
El origen de la chufa se remonta a la antigua civilización egipcia, donde no solo se valoraba como alimento, sino también por sus propiedades medicinales. Se cree que la “leche de chufas” ya era consumida en esa época, y se han encontrado vasijas con chufas en los ajuares funerarios de los faraones.
Además, antiguos escritores persas y árabes destacaron sus beneficios para la digestión y su capacidad desinfectante, utilizándola como una bebida medicinal por sus cualidades energéticas y diuréticas.

La chufa llegó al municipio de Alboraya, en la comarca de L’Horta Nord de Valencia, hace doce siglos, cuando los árabes introdujeron su cultivo desde la lejana región de Chuf, en Sudán, hasta tierras levantinas. Al descubrir que el clima de esta zona era perfecto para su desarrollo, comenzaron a cultivarla.
Aunque su cultivo se inició en el siglo VIII, no fue hasta el siglo XIII cuando se generalizó, apareciendo en ese momento las primeras referencias a una bebida elaborada con este tubérculo, la “leche de chufas”, antecesora de la actual horchata.
Desde entonces, la chufa ha contribuido a dar forma al paisaje llano de la región.
¿Qué es exactamente la chufa?
La chufa es un pequeño tubérculo comestible que crece en las raíces de una planta llamada Cyperus esculentus, también conocida como juncia avellanada. Aunque a menudo se confunde con un fruto seco por su textura y sabor, en realidad no lo es: crece bajo tierra, como la patata o el jengibre.
Además de su sabor característico, la chufa es valorada por sus propiedades nutricionales: es rica en fibra, grasas saludables, minerales como el potasio y el fósforo, y contiene enzimas que favorecen la digestión.
Beneficios para la salud
Rica en nutrientes
Las chufas contienen diversos nutrientes y compuestos vegetales beneficiosos. Esta es su composición nutricional:
- Calorías: 143
- Fibra: 9 gramos
- Carbohidratos: 19 gramos
- Proteínas: 1 gramo
- Grasas: 7 gramos
- Hierro: 1-2% del valor diario recomendado (VDR)
- Fósforo: 5-6% del VDR
- Vitamina C: 2-8% del VDR
- Magnesio: 7% del VDR
- Zinc: 5-7% del VDR
- Potasio: 3-5% del VDR
- Calcio: 1% del VDR
Las chufas también son una rica fuente de antioxidantes, compuestos beneficiosos que protegen el cuerpo contra el envejecimiento y enfermedades como el cáncer y las cardiopatías.
No obstante, hay que tener en cuenta que también contienen antinutrientes, como fitatos, oxalatos, saponinas y taninos, que pueden reducir la absorción de nutrientes en el intestino. Para reducir el nivel de antinutrientes, se recomienda germinar o tostar los tubérculos antes de consumirlos, lo que facilita la absorción de sus múltiples nutrientes.
Mejoran la digestión
Las chufas pueden ayudar a una digestión saludable de diversas maneras.
Para empezar, son ricas en fibra insoluble, que pasa por el intestino sin digerirse. Este tipo de fibra facilita el tránsito intestinal, reduciendo la probabilidad de estreñimiento.
Las chufas contienen almidón resistente con efecto prebiótico; se trata de un tipo de fibra que alimenta las bacterias beneficiosas del intestino, lo que también facilita la digestión. Además, estos pequeños tubérculos pueden contener enzimas como catalasas, lipasas y amilasas, que ayudan a descomponer los alimentos en el intestino, aliviando la indigestión.
No alteran los niveles de glucosa en sangre
Estudios en animales demuestran que el extracto de chufa puede ayudar a reducir los niveles de azúcar en sangre. Esto se explica en gran parte por su alto contenido de fibra, que puede ralentizar la absorción de azúcar en el intestino.
La proteína de las chufas también contiene una notable proporción del aminoácido arginina, que puede aumentar la producción y la sensibilidad a la insulina, ambos importantes para el control de la glucemia. Sin embargo, hay que tener en cuenta que la cantidad de arginina utilizada en el estudio citado (9 g) es mucho mayor que la que se encuentra en una sola porción de chufas (1 g).
Además, estudios de probeta han demostrado que el extracto de chufa puede inhibir la acción de las enzimas digestivas de carbohidratos en el intestino. Esto significa que se puede absorber menos azúcar en el intestino, de forma similar a la acción de algunos medicamentos para la diabetes que reducen el azúcar en sangre. Se cree que esto podría reducir los niveles de azúcar en sangre, aunque se necesita más investigación en humanos.
Beneficiosas para la salud del corazón
Las chufas pueden ser beneficiosas para la salud cardíaca principalmente por su alto contenido de grasas monoinsaturadas, que les confieren un perfil de grasas similar al del aceite de oliva, un aceite cardiosaludable. Las dietas ricas en grasas monoinsaturadas se relacionan con niveles más bajos de colesterol LDL (malo) y niveles más altos de colesterol HDL (bueno). También se asocian con un menor riesgo de infarto, accidente cerebrovascular y muerte por enfermedad cardíaca.
Las investigaciones también vinculan las chufas con una mejor circulación sanguínea y una menor probabilidad de coágulos sanguíneos; ambos factores pueden reducir el riesgo de enfermedad cardíaca.
Más allá de la horchata: como añadir chufas a tu dieta

Las chufas son muy versátiles y se pueden añadir a la dieta de diversas maneras.
Son un aperitivo delicioso, pero también se pueden usar como aderezo para diversos platos, como cereales para el desayuno, batidos, ensaladas y yogures.
Además, las chufas se pueden mezclar con frutos secos y frutas deshidratadas para una versión alternativa de la mezcla de frutos secos.
Las chufas molidas son un excelente sustituto sin gluten de la harina. Se pueden usar en pan u otros productos horneados como nuestras galletas Crush Cookie Chocolate y Chufa, elaboradas con harina de chufa sin gluten y sin azúcares añadidos, ideales para todo tipo de dietas e intolerancias.