Panes elaborados sin gluten, sin lactosa y sin conservantes
gluten

¿El gluten inflama el intestino?

Los trastornos relacionados con el gluten como la enfermedad celíaca o la alergia al trigo pueden afectar la piel, el sistema digestivo, las articulaciones e incluso el estado de ánimo.

El gluten no es inflamatorio per se, sino que produce daños en el intestino si se padece celiaquía, intolerancias o alergias relacionadas con esta proteína.

Qué es el gluten

Es una masa proteica formada por una red compleja de gliadinas y gluteninas. Estas son proteínas ricas en glutaminas y prolinas que se encuentran en la mayoría de los cereales, como la cebada, el trigo y el centeno.

Dicha masa proteica se utiliza ampliamente en el procesamiento de pan y otros alimentos gracias a su alta capacidad de retención de agua y la consiguiente maleabilidad y elasticidad.

¿Qué enfermedades puede causar?

En las últimas décadas, la ciencia informa de un mayor número de reacciones tras una exposición generalizada al gluten (Cabanillas, 2020).

Las enfermedades relacionadas afectan hasta al 10% de la población general y pueden clasificarse en tres trastornos diferentes: alergia al trigo, enfermedad celíaca y sensibilidad al gluten no celíaca.

No obstante, esta proteína también puede afectar a personas que padecen otro tipo de trastornos gastrointestinales.

Junto con otros elementos de la dieta, puede contribuir al desarrollo de trastornos inflamatorios intestinales, aunque su papel exacto aún se desconoce (Cenni, Sesenna, Boiardi et al. 2023).

Relación con la inflamación intestinal

salud digestiva

Como acabamos de ver, existen diferentes enfermedades y afecciones en que se producen procesos inflamatorios ante el consumo de alimentos u otro tipo de productos que contienen gluten.

Celiaquía

La enfermedad celíaca es una afección médica importante que puede causar problemas graves si no se diagnostica y trata adecuadamente.

Afecta al intestino delgado, la parte del sistema digestivo responsable de absorber los nutrientes.

Para las personas que padecen esta enfermedad, comer gluten daña el revestimiento del intestino delgado. También causa inflamación en otras partes del cuerpo.

Es una enfermedad hereditaria cuyo único tratamiento consiste en seguir una dieta estricta sin gluten.

Prolamina, el componente del gluten dañino para celíacos

El componente del gluten que causa problemas a las personas celíacas es la fracción de prolamina.

Existen diferentes fracciones de prolamina en los diferentes granos, por ejemplo: gliadina en trigo, secalina en centeno u hordeína en cebada.

Alergia al trigo

Esta reacción alérgica se produce ante otras proteínas específicas del gluten llamadas gliadina.

La aparición de los síntomas puede tardar de minutos a horas en desarrollarse e incluyen picazón, hinchazón, erupción cutánea e incluso anafilaxia.

La mayoría de los casos se encuentran en niños, que suelen dejar de presentar síntomas hacia los 6 años.

Para controlar esta alergia hay que evitar el trigo en los alimentos y productos no alimentarios con ingredientes a base de trigo, incluidos algunos cosméticos.

Sensibilidad al gluten no celíaca

Es una afección caracterizada por síntomas relacionados con el consumo de gluten que promueven un estado inflamatorio crónico.

Las personas con esta afección no tienen enfermedad celíaca ni alergia al trigo, pero a menudo informan síntomas similares y responden bien a una dieta sin gluten.

Al igual que ocurre con la enfermedad celíaca, la exposición al gluten desencadena una respuesta inmune e inflamación.

Trastornos gastrointestinales

El gluten es sólo parcialmente digerido por las enzimas intestinales y puede generar péptidos que pueden alterar la permeabilidad intestinal, facilitando la translocación bacteriana y afectando así al sistema inmunológico.

Enfermedades inflamatorias intestinales

Se trata de afecciones inflamatorias crónicas recurrentes y remitentes que afectan el tracto gastrointestinal. El conocimiento actual reconoce que la dieta es un factor de riesgo para el desarrollo de estas enfermedades.

El gluten podría influir debido a su papel en la inflamación intestinal.

De hecho, la enfermedad celíaca comparte con estas afecciones una etiología multifactorial, resultante de una interacción compleja entre la variabilidad genética, los factores ambientales y la respuesta inmune desregulada.

Enfermedades gastrointestinales funcionales

Se caracterizan por síntomas gastrointestinales crónicos o recurrentes que no se sustentan en ningún trastorno orgánico o bioquímico.

Los factores genéticos, las alteraciones de la motilidad gastrointestinal, las alteraciones del eje cerebro-intestino, los factores psicológicos y la hiperalgesia visceral son solo algunos de los diversos mecanismos que pueden contribuir a su patogénesis (Scarpato, Auricchio, Penagini et al. 2019).

La dieta y, particularmente, el consumo de alimentos que contienen gluten, se ha asociado frecuentemente con el desarrollo y la persistencia de estas enfermedades, aunque este vínculo aún no se ha definido adecuadamente (Cenni, Sesenna, Boiardi et al. 2023).

Alimentación sin gluten

dieta saludable

Una dieta sin gluten es necesaria para las personas con enfermedad celíaca, sensibilidad no celíaca u otras condiciones médicas que requieren la exclusión de esta proteína.

Algunos alimentos que generalmente son seguros para quienes siguen una dieta de este tipo son:

Frutas y verduras frescas

Aportan nutrientes esenciales, fibra, antioxidantes y son bajas en calorías. Fundamentales para la salud cardiovascular, la regulación del azúcar en sangre, la salud ocular, el sistema inmunológico y la salud ósea.

Carnes frescas y pescados

Carnes frescas, como pollo, pescado, ternera, cerdo y cordero son una fuente importante de nutrientes esenciales y ofrecen varios beneficios para la salud cuando se consumen como parte de una dieta equilibrada.

Aportan proteínas de alta calidad, hierro, vitaminas B, zinc, omega-3 y creatina. Además, la proteína en las carnes es esencial para el desarrollo y mantenimiento de la masa muscular.

Los pescados grasos, como el salmón o la trucha, son una excelente fuente de ácidos grasos omega-3, beneficiosos para la salud cardiovascular y cerebral.

Huevos

Los huevos son alimentos nutritivos y versátiles que aportan proteínas de alta calidad, nutrientes esenciales, ácidos grasos beneficios, luteína y zeaxantina y vitaminas B.

Ayudan a mantener la sensación de saciedad y controlar el apetito, son bajos en calorías y pueden contribuir al desarrollo y mantenimiento de la masa muscular.

Productos lácteos no procesados

Los productos lácteos no procesados, como la leche, el yogur y el queso en su forma natural, ofrecen varios beneficios para la salud debido a su contenido nutricional.

Son una excelente fuente de calcio, ricos en proteínas de alta calidad, así como en vitaminas y minerales.

Algunos productos lácteos también aportan vitamina D y probióticos, bacterias beneficiosas para la salud intestinal.

Granos sin gluten

Arroz, maíz, quinoa, mijo, amaranto, y otros granos similares son opciones seguras. Aportan nutrientes esenciales como carbohidratos, fibra, vitaminas y minerales.

Muchos de estos granos son muy ricos en fibra, lo que es beneficioso para la salud digestiva.

Tienden a ser bajos en grasas saturadas, beneficiando la salud cardiovascular.

Legumbres

Las legumbres, que incluyen frijoles, lentejas, garbanzos y guisantes, son alimentos altamente nutritivos que ofrecen una variedad de beneficios para la salud.

Son una excelente fuente de proteínas, ricas en fibra y tienen un bajo índice glucémico. Contienen una amplia gama de nutrientes esenciales, incluyendo hierro, zinc, folato, magnesio, potasio y vitaminas del complejo B.

El consumo regular de legumbres se ha asociado con la reducción del riesgo de enfermedades crónicas como enfermedades cardíacas, diabetes tipo 2 y ciertos tipos de cáncer.

Productos específicos sin gluten

Estos productos son esenciales para las personas con celiaquía, sensibilidad no celíaca u otras condiciones médicas.

Pueden ayudar a aliviar síntomas digestivos, prevenir daños en el intestino, reducir la inflamación y mejorar la energía y vitalidad.

Como siempre, recuerda que es recomendable buscar opciones equilibradas y consultar con un profesional de la salud para obtener orientación personalizada.