Panes elaborados sin gluten, sin lactosa y sin conservantes
torrijas sin gluten

Torrijas sin gluten

Las torrijas sin gluten son una versión novedosa del tradicional postre de Semana Santa. Descubre en este artículo cómo prepararlas y la historia milenaria de esta receta.

¿Qué son las torrijas?

Las torrijas son un postre tradicional que se elabora principalmente con pan, leche, azúcar y huevo.

Consisten en rebanadas de pan que se remojan en leche (o en una mezcla de leche y vino) aromatizada con canela y cáscara de limón, se pasan por huevo batido y luego se fríen en aceite. Finalmente, se suelen espolvorear con azúcar y canela.

Para hacer unas torrijas sin gluten, basta con cambiar el pan de trigo por uno elaborado a base de otras harinas.

Este postre es especialmente popular durante la Semana Santa en España, aunque también se consume en otras épocas del año.

Existen muchas variantes de este postre, además de las torrijas sin gluten. Algunas pueden incluir ingredientes adicionales como miel, almíbar, crema pastelera, entre otros.

Las torrijas tienen una textura suave por dentro, debido a la leche, y crujiente por fuera, gracias al proceso de fritura.

¿De dónde vienen las torrijas y por qué se toman en Semana Santa?

Tal como relata Ana Vega ‘Biscayenne’ en un artículo de El Comidista, las torrijas son unos de los dulces más antiguos de los que hay constancia.

En el libro De re coquinaria (s. IV-V) atribuido al romano Marco Gavio Apicio (s. I d.C). aparecen dos recetas muy similares:

En la primera de ellas se indica lo siguiente:

“Toma buenos panecillos de mosto africanos, sin corteza, y ponlos en leche. Cuando estén remojados mételos en el horno sin que se sequen. Sácalos calientes, pínchalos y úntalos con miel para que empape. Espolvorea con pimienta y sirve”.

Y en la segunda:

“Coge pan, quítale la corteza y corta trozos grandes. Remójalos en leche, fríelos en aceite y añade miel por encima”.

Con vino y sin azúcar

Como vemos, no usa huevos, ni azúcar, pero recordemos que éste último es una cosa bastante moderna y fue introducido en Europa por los árabes.

Además, el azúcar de caña fue un ingrediente de lujo casi hasta el siglo XIX, cuando se popularizó al de remolacha.

Las torrijas caseras se elaboraban con miel y muchas veces con vino en vez de leche, ya que no todo el mundo tenía ganado y, además, el vino no es perecedero.

Sopes de partera, torradas de parida o revanadas de parida

En los siglos XVI y XVII se pensaba que consumir leche ayudaba a estimular la secreción de leche en las mujeres.

Alimentos como el pan, los huevos, caldos, dulces y la propia leche se consideraban esenciales para enfermos y convalecientes como las mujeres que acababan de dar a luz. De ahí que las torrijas formasen parte de la dieta de las mujeres antes y después de dar a luz.

Esta tradición sigue vigente en los nombres que reciben las torrijas en Menorca (sopes de partera), algunos sitios de Galicia (torradas de parida) y en la cocina de la diáspora sefardí, donde las llaman “revanadas de parida”.

Juan de Encina, primer autor en usar la palabra “torrejas”

En su Cancionero de 1496, Juan de Encina incluye un villancico en el que unos pastores cantan sobre los regalos que llevan a Jesús recién nacido y su madre.

“No piense que vamos / su madre graciosa / sin que le ofrezcamos / mas alguna cosa / que es de gran valor / madre del redentor / En cantares nuevos / gocen sus orejas / miel y muchos huevos / para hacer torrejas / aunque sin dolor / parió al redentor”.

Tal como señala Ana Vega, “era costumbre obsequiar a las parturientas con los ingredientes necesarios para hacer torrijas, sobre todo si habían parido con esfuerzo. Parece muy apropiado que León, ciudad en la que vivió Juan del Encina y en la que quizás se escribiera por primera vez esta palabra, sea la sede del anual Concurso Nacional de Torrijas”.

De alimento para el puerperio a postre de Cuaresma

Las torrijas siguieron vinculadas a los nacimientos durante mucho tiempo. En 1705 continuaban estando tan íntimamente asociadas a los partos que el Diccionario nuevo de las lenguas española y francesa las define como “rebanadas de pan fritas y untadas en miel que dan a las mujeres paridas en España”.

Con el tiempo, los ingredientes que hacían de las torrijas algo tan especial se fueron abaratando. El auge de la clase media en el siglo XIX permitió el desarrollo de una cocina más elaborada, lo que contribuyó a que se multiplicaran las recetas de las torrijas; aparecen versiones elaboradas con patata, almidón de maíz, café, mermelada, chocolate, etc.

Así, las torrijas tradicionales de vino o leche pasaron de ser una receta para ocasiones particulares al menú cotidiano. Casualmente, sus ingredientes son compatibles con los preceptos de abstinencia de Semana Santa. Así, hacia la segunda mitad del siglo XIX, las torrijas comenzaron a relacionarse con los menús de vigilia junto a otros postres como el arroz con leche, las natillas y los buñuelos.

Receta de torrijas sin gluten

Aquí tienes una receta para preparar torrijas sin gluten con nuestra barra rústica; crujiente por fuera y muy esponjosa por dentro, se elabora como todos nuestros productos: con ingredientes 100% naturales, sin gluten y sin lactosa.

Son ideales para hacer torrijas sin gluten u otros postres similares, gracias a su masa que recuerda a las barras de pueblo de toda la vida.

Ingredientes

  • Una barra rústica sin gluten Leon The Baker
  • 500 ml de leche (puede ser leche de vaca, de almendras, de coco, etc.)
  • 100 g de azúcar
  • La cáscara de 1 limón
  • 1 rama de canela
  • 3 huevos
  • Aceite para freír
  • Azúcar y canela (opcional, para espolvorear por encima)

Preparación

Paso 1

En una cacerola, calienta la leche con el azúcar, la cáscara de limón y la rama de canela a fuego medio hasta que comience a hervir.

Luego, retira del fuego y deja que se enfríe un poco para que los sabores se mezclen.

Paso 2

Corta el pan en rebanadas de aproximadamente 2 cm de grosor. Si es demasiado fresco, puedes tostarlo ligeramente para que absorba mejor la leche.

Paso 3

Sumerge las rebanadas de pan en la leche aromatizada, asegurándote de que estén bien empapadas. Deja que se empapen durante unos minutos para que el pan absorba bien la leche.

Mientras, bate los huevos en un plato hondo y calienta abundante aceite en una sartén a fuego medio.

Paso 4

Pasa las rebanadas de pan empapadas en la leche por el huevo batido, asegurándote de que estén bien cubiertas.

Fríe las torrijas sin gluten en el aceite caliente hasta que estén doradas por ambos lados.

Paso 5

Una vez fritas, coloca las torrijas sobre papel absorbente para eliminar el exceso de aceite.

Si lo deseas, puedes espolvorear las torrijas sin gluten con una mezcla de azúcar y canela.

Sirve las torrijas calientes o a temperatura ambiente.

¡Disfruta de estas deliciosas torrijas sin gluten!