Panes elaborados sin gluten, sin lactosa y sin conservantes
El pesto es una de las salsas italianas más populares en todo el mundo. Es conocida por su color verde vibrante y muy apreciada por su simplicidad y sabor refrescante.
El pesto se puede utilizar de diversas maneras, siendo una de las más comunes como salsa para pasta. También se puede untar en pan o servir como aderezo para ensaladas y vegetales, además de muchas otras preparaciones que te sugerimos en este artículo.
La receta original proviene de la región de Liguria, en Italia y se basa en la combinación de los siguientes ingredientes:
Todos estos ingredientes se combinan en un procesador de alimentos o en un mortero y se muelen hasta obtener una pasta suave y homogénea. Este es el pesto genovés, el clásico que ha servido de base para otras versiones.
Existen variaciones regionales e incluso versiones modernas que incorporan ingredientes adicionales, como rúcula, espinacas, nueces o pistachos.
Algunas de las variaciones e interpretaciones creativas más populares de esta deliciosa salsa son:
El pesto forma parte de la dieta mediterránea que, como sabemos, es considerada una de las más saludables del mundo por la Organización Mundial de la Salud.
Al estar elaborado con ingredientes nutritivos, esta salsa se puede consumir como parte de una dieta equilibrada.
Como vemos, una cucharada de pesto contiene poco menos de 1 gramo de carbohidratos. Por tanto, no es una fuente importante de carbohidratos complejos, fibra dietética o azúcar, aunque a veces se combina con alimentos ricos en carbohidratos como pasta, pizza o sándwiches.
Casi el 60% de sus calorías provienen de las grasas del aceite de oliva, el queso y los piñones. Concretamente, hay 9,47 gramos de grasas por cucharada, que incluye 5,63 gramos de ácidos grasos monoinsaturados, 1,53 gramos de ácidos grasos saturados y 1,68 gramos de ácidos grasos poliinsaturados.
Las grasas monoinsaturadas se encuentran en alimentos de plantas como nueces, aguacates y aceites vegetales. Son una de las grasas saludables, junto con las poliinsaturadas. Comer cantidades moderadas de este tipo de grasas en lugar de saturadas y trans puede ser benéfico para la salud.
Algunos de los ingredientes del pesto, principalmente el aceite de oliva virgen extra, pueden proporcionar algunos beneficios para la salud. Estos son algunos de sus beneficios potenciales:
El ajo, los piñones, el aceite de oliva y la albahaca son fuentes ricas en antioxidantes. Las dietas altas en antioxidantes pueden reducir el riesgo de muchas enfermedades, incluidas las enfermedades cardíacas y el cáncer.
El aceite de oliva virgen extra tiene múltiples beneficios para la salud. Uno de ellos es la reducción del riesgo de enfermedades del corazón.
La sustitución de otros alimentos ricos en grasas como la margarina, la mantequilla, los productos lácteos y la mayonesa por aceite de oliva virgen extra podría reducir el riesgo de enfermedad cardíaca y de accidente cerebrovascular (Guasch-Ferré, Liu, Li et al. 2020).
Mientras que las grasas saturadas pueden elevar los niveles de colesterol LDL (colesterol considerado “malo”), los alimentos ricos en grasas monoinsaturadas y poliinsaturadas como el pesto pueden ayudar a reducir los niveles de colesterol LDL en la sangre y proteger los niveles de HDL (colesterol considerado “bueno”) (Cleveland Clinic, 2022).
Las investigaciones han demostrado que seguir una dieta mediterránea puede conducir a cambios a largo plazo en el peso (Agnoli, Sieri, Ricceri et al. 2018).
El pesto puede ser parte de un estilo de vida nutritivo que ayude al control saludable del peso.
Esta deliciosa y versátil salsa puede utilizarse para realzar una gran variedad de platos. Aquí te presentamos algunas de las recetas más populares que incorporan pesto:
La receta más clásica y simple. Cocina tu pasta favorita al dente y mezcla con la salsa. Puedes añadir algunos tomates cherry o tomate seco para darle un toque extra.
Prepara una ensalada con rúcula, espinacas y hojas de lechuga. Agrega algunas cucharadas de pesto y desmenuza queso de cabra por encima. Una combinación deliciosa y llena de color.
Cubre unos lomos de salmón con una capa de pesto y llévalos al horno. Sirve con verduras al vapor o una ensalada verde.
Unta tostadas de pan con pesto y agrega rodajas de tomate, pepino y queso fresco. Un desayuno o almuerzo rápido y delicioso.
Cubre unas pechugas de pollo con pesto y luego coloca rodajas de mozzarella sobre ellas. Hornea hasta que el pollo esté cocido y el queso derretido y dorado.
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